¿Qué beneficios aporta el ejercicio físico para la salud mental?

¿Qué beneficios aporta el ejercicio físico para la salud mental?

Con el comienzo del nuevo año llegan los buenos propósitos, como el incorporar la actividad física a nuestra rutina diaria. La motivación puede ser tanto por salud física como por estética. Pero la realidad es que sus beneficios van mucho más allá y es una herramienta fundamental y accesible para mejorar nuestra salud mental.

Muchos estudios han demostrado que la práctica de ejercicio mejora los síntomas depresivos y ansiosos1. Pero no sólo parece tiene un impacto beneficioso en el momento que se realiza, sino que su práctica regular disminuye la frecuencia de las recaídas de los cuadros depresivos, a corto y a largo plazo2,3. Además de estos efectos positivos, también reduce el dolor corporal, mejora el nivel de vitalidad y el funcionamiento social. También se han observado mejoras en diferentes capacidades cognitivas como la memoria que se correlacionan con cambios cerebrales como el aumento del volumen del hipocampo4.

¿Cuánto ejercicio tengo que practicar a la semana para notar estos beneficios?

Los estudios indican que con 30 a 45 minutos de práctica ejercicio de intensidad leve o moderada unos pocos días a la semana es suficiente para mejorar el estado de ánimo5. 

Los mejores resultados en la prevención de recaídas se consiguen con una práctica de ejercicio aeróbico (como nadar, caminar o bici estática) o de fuerza, de 180 minutos a la semana5 (por ejemplo: 45 minutos, cuatro días a la semana).

¿Qué estrategias me pueden ayudar a incorporar la actividad física a mi rutina semanal?

Muchos de los efectos positivos del ejercicio físico son conocidos por todos, pero ¿cómo consigo encontrar la motivación para dar el paso y ser constante?

  1. Lo primero es encontrar un actividad que te guste y que te resulte fácil de practicar. 
  2. Encuentra tu motivación. A veces el realizarlo acompañado de otra persona puede ayudarte a encontrar esa motivación extra y mantener el compromiso. Un ejemplo de una actividad sencilla y accesible, sería dar un paseo de 30 minutos con un amigo o tu pareja.
  3. Empieza con objetivos pequeños, a corto plazo (por ejemplo, semanales) y fácilmente realizables. Poco a poco podrás ir aumentando los retos. 
  4. Agradécete y prémiate por los hitos que vayas consiguiendo. Si alguna semana no lo consigues, no te castigues, seguro que lo has hecho lo mejor posible. Recuerda que mañana te brinda otra oportunidad para seguir avanzando. 
  5. Apóyate en otras personas. Puede ayudarte compartir los logros conseguidos e incluso hacer un plan de retos conjuntos a conseguir con un amigo o tu pareja. E incluso el apoyo de un profesional.
  6. Recuerda los beneficios tanto para la salud física como mental.

Lo importante es empezar, por pequeño que parezca el paso. Aprovechemos por tanto, el impulso que nos brinda este momento del año para dar un paso más en cuidar la salud mental con la práctica de ejercicio físico. 

Referencias

  1. Chan J, Liu G, Liang D, et al. Special issue—Therapeutic benefits of physical activity for mood: A systematic review on the effects of exercise intensity, duration, and modality. J Psychol. 2019;153(1):102-125.
  2. Harvey S, Overland S, Hatch S, et al. Exercise and the prevention of depression: Results of the HUNT cohort study. Am J Psychiatry. 2018;175(1):28-36.
  3. Dunn A, Trivedi M, Kampert J, et al. Exercise treatment for depression: Efficacy and dose response. Am J Prev Med. 2005;28(1):1-8.
  4. Chaddock L, Erickson K, Prakash R, et al. A neuroimaging investigation of the association between aerobic fitness, hippocampal volume, and memory performance in pre-adolescent children. Brain Res. 2010;1358:172-183.
  5. Hoffman B, Babak M, Craighead W, et al. Exercise and pharmacotherapy in patients with major depression: One-year follow-up of the SMILE study. Psychosom Med. 2011;73(2):127-133.

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Detección de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) en adultos- ¿Cómo se realiza?

¿Cómo se realiza la detección de TEA?

Detección de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) en adultos- ¿Cómo se realiza?

La detección del TEA en adultos puede ser tan importante como el diagnóstico en niños y adolescentes. Hasta hace pocos años no existían instrumentos diagnósticos de gran fiabilidad, más allá de una historia clínica exhaustiva y detallada. Tampoco existía tanta información acerca de este trastorno como la que tenemos hoy en día, lo que contribuía a dificultad su identificación. Es por eso que muchos adultos con TEA han sido erróneamente diagnosticados en el pasado, lo que habría contribuido a recibir numerosos diagnósticos que no lograsen explicar su sintomatología (en muchos casos acompañada de mucho sufrimiento tanto para la persona como para sus familiares).

¿Cuáles son los instrumentos con mayor fiabilidad y más indicados para el diagnóstico del TEA?

A pesar de que cada vez la investigación en este campo es más extensa y existe mayor capacidad de detectar con precocidad el diagnóstico, es de suma importancia utilizar los instrumentos adecuados para realizar las evaluaciones diagnósticas. A día de hoy no disponemos de técnicas de laboratorio o de neuroimagen que permitan confirmar un diagnóstico de TEA, por lo que dependemos de una evaluación clínica exhaustiva.

Los instrumentos que hoy en día cuentan con una mayor eficacia y son indispensables para un correcto diagnósticos son, además de la historia clínica: 

  • ADOS 2: se trata de una escala observacional que mide la sintomatología actual del paciente a través de tareas de imaginación, preguntas y juegos. Arroja información sobre las distintas áreas sintomáticas (comunicación, interacción social recíproca e intereses restringidos) y además puede acotar el grado de severidad del trastorno. Cuenta con un  baremo  propio que distingue entre un diagnóstico de autismo y  un diagnóstico que se encuentre dentro del espectro pero que no alcanza la condición de autismo. 

Se trata de una prueba de unos 60 minutos de duración que puede aplicarse desde los 12 meses hasta la edad adulta (sin límite) y que además puede adaptarse al nivel verbal de las personas evaluadas. 

La administración de dicha prueba debe de realizarla siempre un profesional que haya sido formado y entrenado previa y específicamente para ello. Todas estas características convierten al  ADOS 2 en la actualidad en el instrumento con mayor fiabilidad para el diagnóstico del TEA. 

  • ADI-R: se trata de una entrevista diagnóstica realizada a los progenitores o cuidadores de la persona con sospecha de TEA que indaga sobre los hitos evolutivos del desarrollo. Esta herramienta profundiza en las áreas sintomáticas mencionadas anteriormente (comunicación, interacción social recíproca e intereses restringidos). Se trata de una prueba sencilla y de corta duración, que se suele llevar a cabo en la misma consulta.

La información recogida en esta entrevista más la información recogida con la herramienta ADOS 2 permiten obtener un perfil muy completo y transversal del paciente permitiendo obtener un juicio diagnóstico mucho más preciso. 

El resultado de ambos instrumentos junto con el resto de pruebas aportadas y historia clínica del paciente serán de suma importancia para establecer un diagnóstico certero y riguroso. 

En Consulta Velázquez contamos con todos los recursos más avanzados para establecer el diagnóstico del TEA de forma rigurosa y exhaustiva tanto en niños como en adultos, así como con un equipo de profesionales con amplia formación y experiencia clínica.

Más información sobre la evaluación del TEA

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Feliz Navidad. O no…

Feliz Navidad. O no…

Como cada año, la llegada de la Navidad se convierte en tema recurrente en consulta. Más que la Navidad en sí, el temor a su llegada. El hastío y la anticipación de contactos indeseados y de conflictos infinitos. La ansiada llegada del 7 de enero y el fin de un periodo de felicidad forzada y amores impostados.

Traemos de entrada la expectativa impuesta de que en Navidad tenemos que estar todos juntos en familia. Felices. En paz y armonía. Y tenemos que querernos mucho.

O no.

El caso es que a veces no queremos estar con la familia. A veces sencillamente no les queremos (al menos no queremos a algunos de ellos). En nuestra vida cotidiana no les cuido, no me cuidan, no nos vemos, no nos llamamos, casi hasta nos evitamos… ¿Por qué tenemos que pasar juntos la Navidad? Pues porque nos lo impone una norma social que no sabe nada de nuestras circunstancias personales. Si me apuras, es la misma norma social que dice que a las madres hay que quererlas por definición (aparentemente se trata de un deber y por lo tanto de una elección libre). Pero el caso es que yo no elijo a quien quiero. Puede que yo haya tenido una madre tóxica, culpabilizadora y agobiantemente sobreprotectora que no ha sido capaz de generar en mi un sentimiento de amor porque me ha hecho (quizá inconscientemente) muchísimo daño a lo largo de mi vida. Igual me gustaría quererla, pero no me sale. Y como hay una norma social que dice que a las madres hay que quererlas, me siento fatal, una persona terrible, porque resulta que yo no quiero a la mía. Pero tengo que estar con ella en Navidad. Y además feliz. Yo, sin embargo, creo que puede ser legítimo no querer a una madre (cuidado, que yo a la mía sí la quiero).

El amor implica necesariamente el cuidado. Si no cuido de alguien durante el año, igual implica que no le quiero demasiado. Y si no le quiero demasiado, ¿por qué me veo obligado a pasar con esa persona la Navidad, como si fuésemos muy importantes el uno para el otro? ¿Por qué resultaría una afrenta no quedar con ellos en Navidad? Luego está la cuestión de los regalos, con los que fácilmente podríamos querer compensar la falta de afecto e interés mostrada durante el año.

El consumo se dispara en Navidad

Resulta esclarecedor el hecho de que el consumo de benzodiacepinas (y de alcohol) se dispara en Navidad. Analgesia emocional, para intentar no sufrir en exceso. Es de hecho un periodo de alto riesgo en salud mental. Y no es de extrañar, pues con frecuencia nos vemos en la obligación de pasar el tiempo con gente que en realidad no nos importa demasiado (o que incluso nos desagrada). Como todo lo que se convierte en obligación, tiende a convertirse en algo no deseado (es decir, un coñazo). Si esas personas realmente me importasen, ya me encargaría de demostrárselo a lo largo del año y entonces nos importaría un pepino no vernos en Navidad. Por si esto no fuese poco, surge la melancolía por los que ya no están. O se hace más patente mi soledad porque estoy lejos de los míos y no tengo con quién pasar las fiestas.

Si nos queremos, querámonos. Pero todo el año. Todo el tiempo (que le jodan también a San Valentín). No vamos a querernos porque nos lo marque una norma impersonal que no sabe nada acerca de nosotros (una norma impersonal que, por cierto, hunde raíces también en un desenfrenado consumismo, síntoma del vacío existencial propio de nuestra época). Y si no nos queremos, no lo forcemos, que no pasa nada (me encantó escuchar a una señora hace unos días en la radio diciendo que no pensaba salir de la residencia para cenar con sus hijos en Navidad porque no le habían hecho ni puto caso en todo el año).

La Navidad puede ser una época maravillosa si realmente hay amor, paz y armonía. Sin embargo, es legítimo estar jodido en Navidad. También puede serlo mandar a la familia a paseo y no cenar con ellos en Nochebuena. Puede que asumiendo esto la Navidad deje de ser un periodo de alto riesgo en salud mental y que así el consumo de benzodiacepinas se equipare al del resto del año (que tampoco es precisamente bajo).

En fin, Feliz Navidad. O no…

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DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO (TEA) EN ADULTOS

Diagnóstico de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) en adultos

El TEA es un trastorno del desarrollo de origen neurobiológico cuya afectación incide en distintas áreas: comunicación, interacción social o intereses restringidos. Aún se desconoce la causa del TEA, pero sí se sabe que puede diagnosticarse a cualquier edad.

¿Por qué es importante el diagnóstico de TEA en adultos?

A pesar de que en gran parte de los casos el diagnóstico se realiza en la primera infancia, existen casos que por diferentes motivos (una alta inteligencia, un buen soporte familiar, etc.) pueden pasar desapercibidos o “volar por debajo del radar” y llegar a la etapa adulta sin un diagnóstico claro. Suele tratarse de casos que han pasado por una gran cantidad de diagnósticos clínicos que sin embargo no han podido explicar completamente las dificultades que la persona ha experimentado a lo largo de su vida, con el sufrimiento que todo ese proceso puede conllevar. Asimismo, un diagnóstico erróneo puede llevar a la implementación de medidas terapéuticas inefectivas o incluso contraproducentes.

Es por eso que desde Consulta Velázquez ofrecemos la posibilidad de realizar una evaluación orientada a facilitar el diagnóstico del TEA en la etapa adulta, empleando para ello los instrumentos más completos y las herramientas gold standard establecidas a nivel internacional para la realización de una evaluación que permita establecer el diagnóstico de TEA con los criterios clínicos adecuados.

Así, un correcto diagnóstico del TEA resulta fundamental para poder ofrecer quien lo padece las herramientas terapéuticas más apropiadas para mejorar su calidad de vida y funcionalidad.

¿Cómo se diagnostica el TEA?

El protocolo diagnóstico que ofrecemos en Consulta Velázquez consta de:

– Cuestionarios de cribado autoaplicados y cuestionarios para familiares cercanos.

– Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ADOS-2): se trata de una evaluación estandarizada y semiestructurada de la sintomatología actual de la persona.

– Entrevista para el Diagnóstico de Autismo (ADI- R): se trata de una entrevista dirigida a los padres que evalúa la sintomatología pasada, es decir, cómo ha sido el desarrollo evolutivo del paciente durante sus primeros años de vida.

Mediante la combinación de las escalas ADOS 2 y ADI-R conseguimos obtener información pormenorizada que ayuda a establecer un diagnóstico más preciso, así como un diagnóstico diferencial con otros trastornos cuya sintomatología puede solaparse con la del TEA, como son el TDAH, las altas capacidades, o el TOC entre otros.

Además de la evaluación realizada por psicólogos habilitados para la aplicación e interpretación. de estas pruebas, nuestro equipo también cuenta con un equipo de psiquiatras especialistas en el tratamiento del TEA.

Más información sobre la evaluación del TEA

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Trastornos Psicóticos

Trastornos Psicóticos

Los trastornos psicóticos constituyen un grupo de trastornos mentales graves que se caracterizan por la alteración de la experiencia y del pensamiento y que pueden incluir ideas delirantes, alucinaciones y alteraciones del comportamiento. Estos diagnósticos suelen asustar mucho a los pacientes y a sus familiares. Sin embargo, en la mayoría de casos el pronóstico puede ser muy bueno si se ponen en marcha los mecanismos terapéuticos necesarios.

Podemos diferenciar formas agudas que cursan como episodios, aislados o repetidos en el tiempo, y otras que tienden a la cronicidad de los síntomas.

En un episodio psicótico agudo aparecen típicamente ideas de perjuicio (ser víctima de un complot, de persecución, de envenenamiento), con frecuencia acompañadas de alucinaciones (las más frecuentes auditivas: escucha de voces, ruidos), comportamientos extraños, suspicacia hacia los demás, sensación de ser observado o que se habla de uno, angustia e insomnio. En algunos casos el paciente percibe que controlan sus pensamientos o que estos pueden ser conocidos por los demás. Es posible encontrar también un lenguaje incoherente y peculiar.

Entre los trastornos psicóticos destaca en importancia la esquizofrenia por su gravedad y cronicidad. Aquí la experiencia del mundo, de los otros y de sí mismo está más profundamente alterada. Se estima que la esquizofrenia afecta a un 1% de la población, sin diferencias significativas entre sexos. Suele comenzar en la adolescencia o juventud (habitualmente entre los 15-25 años en varones, entre los 25-35 años en mujeres), debutando en algunos casos en forma de un episodio psicótico más o menos agudo y florido; en otros, las alteraciones del comportamiento y del pensamiento se desarrollan más lentamente sin que resulten tan llamativas en un primer momento (con frecuencia aislamiento progresivo, descenso del rendimiento académico, cambios en los intereses, actitudes inusuales). La evolución es muy variable, condicionada en buena parte por la precocidad de la detección y del tratamiento, pero también por factores como la edad de inicio, el sexo (peor pronóstico en varones), las propias características del cuadro, la conciencia de enfermedad, la adherencia terapéutica y el soporte socio-familiar. Puede cursar con un número de descompensaciones a lo largo de la vida en las que se reactivan o intensifican las ideas delirantes y las alucinaciones, a veces llegando a requerir ingreso hospitalario en caso de alteraciones de conducta. Cuando la esquizofrenia evoluciona desfavorablemente, aboca a cambios en la personalidad y a un deterioro del funcionamiento general, la autonomía y el ajuste social.

En el trastorno delirante crónico (también denominado trastorno de ideas delirantes persistentes o paranoia) lo que destaca es un delirio cronificado, sistematizado e invariable en su tema (habitualmente, ser objeto de algún tipo de perjuicio o persecución), sin observarse alteraciones tan marcadas de la personalidad o del funcionamiento. Su edad de comienzo es más tardía, normalmente después de los 40 años, y su prevalencia en la población es baja.

Se habla de trastorno esquizoafectivo cuando el cuadro clínico combina síntomas típicos de la esquizofrenia con aquellos de la depresión o del trastorno bipolar.

¿Cuáles son las causas de los trastornos psicóticos?

No hay una causa específica conocida de los trastornos psicóticos, aunque sí podemos identificar algunos factores predisponentes y desencadenantes:

  • Genéticos: puede existir una vulnerabilidad hereditaria, especialmente en el caso de la esquizofrenia. El riesgo de sufrir esquizofrenia es de aproximadamente el 10% cuando existe un familiar de primer grado afectado.
  • Consumo de drogas: sustancias como el cannabis, la cocaína, las drogas de diseño o los alucinógenos pueden provocar la aparición de síntomas psicóticos durante la intoxicación, pero también pueden dar lugar a cuadros más prolongados en el tiempo y que se denominan psicosis tóxicas. El consumo intensivo de cannabis en la adolescencia/juventud es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
  • Otras enfermedades: los síntomas psicóticos pueden aparecer en patologías neurológicas como las demencias, la enfermedad de Parkinson y la epilepsia, en trastornos endocrinológicos (por ejemplo el hipertiroidismo), en enfermedades autoinmunes (como el Lupus Eritematoso Sistémico), así como por el empleo determinados fármacos (principalmente fármacos de acción dopaminérgica).

¿Cómo se diagnostica una psicosis?

El diagnóstico de los trastornos psicóticos es clínico, es decir, se realiza mediante la entrevista, la exploración psicopatológica y una atenta reconstrucción de la historia y las vivencias del paciente. No disponemos a día de hoy de ninguna prueba que pueda confirmar el diagnóstico de esquizofrenia o de cualquier otra psicosis.

Sin embargo, ante un primer episodio de síntomas psicóticos es necesario descartar en primer lugar la existencia de otra patología orgánica que pueda explicarlos. En algunos casos puede estar indicada la realización de estudios analíticos y de pruebas de imagen cerebral, así como un electroencefalograma.

El diagnóstico de la esquizofrenia es complejo y debe establecerse siempre con cautela, especialmente si se trata de un primer episodio psicótico.

¿Cuál es el tratamiento de una psicosis?

Los fármacos antipsicóticos constituyen el abordaje principal en el tratamiento de los síntomas psicóticos. Tras un episodio psicótico agudo, el tratamiento debe prolongarse durante un periodo de tiempo para prevenir posibles recaídas (generalmente se recomienda un año de tratamiento después de un primer episodio psicótico). En el caso de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos crónicos, puede ser preciso incluso un tratamiento de mantenimiento a largo plazo. El desarrollo de nuevos fármacos ha permitido minimizar considerablemente los efectos secundarios y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Sin embargo, la medicación no supone el único abordaje terapéutico. La terapia psicológica, la terapia familiar, la terapia ocupacional y la rehabilitación cognitiva han demostrado mejorar la evolución y el pronóstico de los trastornos psicóticos.

Iniciar el tratamiento precozmente es fundamental para la evolución posterior, así como un seguimiento clínico estrecho. Tras un primer episodio psicótico se centran los esfuerzos en tratar de prevenir nuevos episodios, ya que esto ha demostrado mejorar el pronóstico a largo plazo. A este respecto se considera fundamental optimizar el tratamiento farmacológico para prevenir la aparición de efectos secundarios (como aumento de peso, sedación y disfunción sexual), pues la aparición de efectos secundarios supone la principal causa de abandono de tratamiento, lo que aumenta significativamente el riesgo de una nueva descompensación.

En pacientes con esquizofrenia pueden ser necesarios apoyos adicionales y recursos rehabilitadores (rehabilitación psicosocial, rehabilitación laboral, etc.).


¿Quieres saber si tienes TOC?

¿Quieres saber si tienes TOC?

¿Quieres saber si tienes TOC?

Inés Bárcenas Taland

Inés Bárcenas en Yu, No te pierdas nada comparte una serie de preguntas que te ayudarán a entender qué es el TOC y si tienes alguno de sus síntomas.
¿Estás list@ para comenzar?

¿Qué es el TOC o Trastorno Obsesivo Compulsivo?

El TOC se define como un trastorno de ansiedad y se manifiesta con pensamientos obsesivos, intrusivos – que aparecen de repente y que no te dejan en paz. Cuando llevamos a cabo distintas conductas para mitigar esta ansiedad, este malestar, es cuando aparecen las compulsiones o «rituales». Desafortunadamente y al no haber llegado a la raíz del problema que nos causaba la obsesión y la ansiedad, todo ello se repite en un círculo, en un bucle.

Tal y como indica la OMS, el TOC es uno de los trastornos más incapacitantes, afectando negativamente a nuestro día a día. Por ejemplo, podemos tener la manía de tener nuestro armario ordenado por colores pero cuando ya no podemos irnos a la cama a no ser que este armario esté perfectamente ordenado, la manía se ha convertido en un TOC que puede llegar a resultar paralizante.

¿Tengo un TOC?

Inés Bárcenas comparte algunas de las preguntas que se utilizan en terapia para confirmar la existencia de un TOC:

  • ¿Puedes utilizar lavabos públicos sin dudar un momento?
  • ¿Prestas una atención excesiva a los detalles?
  • ¿Inviertes mucho tiempo, uno y otro día, en comprobar ciertas cosas una y otra vez?
  • ¿Te vienen casi todos los días ideas desagradables a la mente que no te puedes quitar de la cabeza?
  • Las cosas sencillas que tienes que hacer todos los días, ¿te plantean serias dudas?
  • ¿Crees que algunos números traen mala suerte?
  • ¿Notas sucias las manos después de tocar dinero?

La ayuda de un terapeuta es fundamental si has identificado algunas compulsiones que están haciendo difícil tu día a día.

¿Qué tipos de TOC hay y cómo podemos ayudar a los que los padecen?

Algunos de los TOCs más habituales incluyen:

  • El TOC de contaminación, el clásico que hace al que lo padece ser obsesivo en cuanto a la limpieza.
  • El TOC de orden, queriendo tener todo bajo control, organizado, clasificado.
  • El TOC de pensamiento mágico, cuando se piensa que si no se hace algo, algo malo puede suceder.
  • El TOC de responsabilidad patológica, siempre con la duda de haber cerrado bien, etc.
  • El TOC somático, que hace obsesionarte con tu propia salud, con las enfermedades.
  • El TOC de daño, con una obsesión por pensar en hacer daño a alguien o a sí mismo.
  • El TOC sexual, trae pensamientos inapropiados o dudas sobre la orientación sexual.
  • El TOC religioso, con pensamientos por ejemplo sobre el demonio que requieren de forma obsesiva una confesión o santiguarse.

Inés Bárcenas nos aconseja dejar que la persona se exprese, que explique sus obsesiones y compulsiones y jamás ridicularizarlas. No debemos evitar que las realice, sino ayudar a que identifique la ayuda necesaria. Que gestione a través del deporte, prácticas creativas u otras actividades al aire libre su ansiedad y que acuda a terapia psicológica si así lo considera necesario. También nos recomienda esTOCma, un app que reta al usuario a aprender jugando acerca del TOC o trastorno obsesivo compulsivo.

Psicóloga General

Especialista en Psicología

Idiomas | Español e Inglés
Atención | Presencial y Online

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