Se acerca el final del verano y, con ello, la época del año en la que las separaciones matrimoniales alcanzan su cenit (los abogados matrimonialistas lo saben bien…). Sabemos que las largas horas de convivencia durante las vacaciones pueden convertirse en la puntilla para una pareja que no atraviesa su mejor momento.
La ruptura de una pareja con hijos suele ser un acontecimiento traumático. Los niños suelen ser los implicados más vulnerables y es por eso que muchas parejas evitan tomar la decisión durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, la separación no tiene por qué suponer un trauma irreversible para nuestros hijos. De hecho, convivir en un entorno con elevada tensión en el que los padres no se manifiestan amor puede ser para los más jóvenes una importante fuente de sufrimiento.
Los niños pueden sentir una extraña mezcla de confusión, tristeza, rabia y miedo ante la perspectiva de una ruptura en su estructura familiar. Aún así, si la situación se hace insostenible y los padres optan por la separación como la alternativa menos mala, debemos saber que los niños tienen una gran capacidad de adaptación y pueden hacer frente a la separación sin demasiadas dificultades si sabemos ayudarles y hacemos las cosas bien.
Ofrecemos aquí una serie de consejos para aquellas parejas con hijos que se plantean la separación y temen el impacto que esto pueda suponer para sus hijos.
Estableced una comunicación clara y abierta
El primer paso para no complicar las cosas es mantener una comunicación abierta con los niños. Es fundamental hablarles acerca de lo que implica la separación de una manera que puedan entender, considerando siempre su edad y nivel de madurez.
Es vital ser honesto, pero teniendo siempre en cuenta los sentimientos y la comprensión del niño. Explica que no estaréis juntos como pareja, pero evita entrar en detalles dolorosos y, sobre todo, culpar a la otra parte. Asegúrate de que los niños saben que ambos pares los queréis y que seguirán siendo una parte fundamental de vuestras vidas.
A este respecto, es fundamental recordar que aunque haya conflicto entre vosotros, ambos progenitores seguiréis siendo una parte fundamental en la vida de vuestros hijos. Por este motivo es fundamental que os respetéis y os cuidéis mutuamente, ya que vuestro amor hacia vuestros hijos implica que cuidéis lo que es importante para ellos (y ambos lo sois).
Cuidad la rutina y la estabilidad (en la medida de lo posible)
A los niños les viene bien la estabilidad y rutina. Aunque es probable que se produzcan cambios significativos en su vida diaria, es importante mantener una serie rutinas.
– Horarios consistentes: horarios de comida, tareas escolares y horas de sueño.
– Ambiente familiar acogedor: Si hay una custodia compartida, los niños deben sentirse cómodos y seguros en ambas casas.
Apoyo Psicológico y Emocional
SI hacemos las cosas con amor y con cuidado, lo más probable es que los niños no necesiten mucho más apoyo. Sin embargo, en ocasiones puede resultar útil un apoyo profesional si padres o hijos encontráis dificultades para afrontar lo que está sucediendo. Una opción pueden ser la terapia familiar, que no tiene como objetivo último mantener la familia unida a toda costa, sino facilitar la comunicación entre las distintas partes para resolver conflictos y avanzar juntos como un equipo (aunque sea hacia la separación). La terapia individual o los grupos de apoyo también pueden resultar de gran utilidad.
Evitad el conflicto abierto frente a los niños
El conflicto es inevitable (la pareja buena no es aquella que no tiene conflictos, sino aquella que sabe resolverlos desde el respeto y el cuidado mutuo). En el caso de una separación, es fundamental que los niños no se sientan atrapados en el medio de conflictos paternos.
Las discusiones adultas, especialmente las relacionadas con temas sensibles, deben mantenerse alejadas de los niños.
Asimismo, es fundamental no utilizar a los niños como mensajeros, pues habitualmente les generará gran confusión y sentimientos de culpa. La comunicación debe mantenerse directamente entre adultos, sin involucrar a los niños.
Adaptación a la Nueva Realidad
El cambio en la estructura familiar probablemente no les va a hacer gracia. Sin embargo, la vida está llena de situaciones difíciles que se nos imponen y debemos acompañar a nuestros hijos durante estos procesos (en la mayoría de los casos no es conveniente ocultarles la dureza de la realidad, sino ayudarles a comprenderla y hacerle frente). Aunque hay un cambio en la estructura familiar, la vida sigue adelante y todos tenéis muchas papeletas para ser felices si hacéis las cosas con cuidado.
Será conveniente establecer nuevas rutinas y tradiciones familiares. Esto puede incluir noches de juegos, salidas al parque o cualquier otra actividad que fomente la vida familiar y con la que los niños disfruten.
Por otra parte, es de gran utilidad fomentar el apoyo mutuo entre los hermanos. Si hay más de un hijo, el vínculo entre hermanos puede ser una importante fuente de apoyo y de consuelo.
Marcad claramente los límites y ajustad las expectativas
Incluso en tiempos revueltos, es fundamental mantener reglas y límites consistentes, especialmente si van a vivir en dos casas diferentes. Por el bien de los niños, es conveniente que sigáis actuando como un único pilar de autoridad (lo cual exige un cierto grado de comunicación). Así, ambos padres deben estar en la misma página en cuanto a reglas y consecuencias. Esto evitará que los niños fomenten las tensiones entre los padres.
En definitiva, afrontar una separación puede suponer un desafío considerable. Sin embargo, si los padres saben respetarse mutuamente y logran tener en cuenta que ambos son fundamentales para el desarrollo de sus hijos, la separación puede llevadera para ellos y no suponer un grave trauma. Con un poco de empatía, una comunicación abierta y una buena dosis de apoyo, es posible atravesar este proceso sin grandes dificultades.
La separación representa un nuevo comienzo para todos. Sin embargo, no ha debe suponer un grave trauma para nuestros hijos y debemos recordar que, haciendo las cosas bien, hay por delante felicidad para todos. En medio del dolor y el cambio que la vida en ocasiones nos impone, la aceptación, la comunicación y el cuidado mutuo son ingredientes fundamentales para atravesar la tormenta con éxito.
Pueden ayudarte
Ana Mazo Agüero
Psicóloga
Blanca Peral Redondo
Psicóloga