Atención Perinatal

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Nuestro programa abarca la prevención, diagnóstico y tratamiento de trastornos psiquiátricos y psicológicos asociados al periodo perinatal: embarazo, parto y puerperio

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El programa incluye:

  • Consulta rápida para mujeres embarazadas que precisen de tratamiento psicofarmacológico.
  • Plan individualizado de tratamiento integral – farmacológico, psicológico, pareja y familia - durante el embarazo, parto y puerperio para mujeres con trastornos mentales.
  • Tratamiento de la patología psiquiátrica o psicológica secundaria a un embarazo interrumpido o duelo perinatal.
  • Atención a los problemas psicológicos relacionados con las dificultades en la concepción.
  • Abordaje global del tratamiento de la depresión en el posparto, prevención de los trastornos del vínculo con el recién nacido y de las crisis de pareja en esta situación.
  • ​Recomendación y derivación a recursos específicos de apoyo (para la lactancia, doulas, etc.)
  • Asesoramiento a profesionales que trabajen con personas en el periodo perinatal (ginecólogos, pediatras, enfermeras, matronas, psiquiatras, psicólogos, etc.)

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Pueden ayudarte


Psicología

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El tratamiento psicológico (o psicoterapia) es un enfoque terapéutico que pretende ayudar a las personas a manejar y superar aquellos problemas emocionales, conductuales y de relación que pueden afectar a su bienestar y calidad de vida. A grandes rasgos, se basa en la idea de que nuestras emociones, pensamientos y comportamientos están interrelacionados, de forma que cambiar uno de estos aspectos puede tener un efecto positivo en los otros.

El tratamiento psicológico (o psicoterapia) es un enfoque terapéutico que pretende ayudar a las personas a manejar y superar aquellos problemas emocionales, conductuales y de relación que pueden afectar a su bienestar y calidad de vida. A grandes rasgos, se basa en la idea de que nuestras emociones, pensamientos y comportamientos están interrelacionados, de forma que cambiar uno de estos aspectos puede tener un efecto positivo en los otros.

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Hay diferentes aproximaciones en el tratamiento psicológico, cada una con sus propios presupuestos y técnicas terapéuticas. Algunos de los enfoques más comunes incluyen la terapia cognitivo-conductual, la terapia de pareja y la terapia psicodinámica. En general, el tratamiento psicológico se lleva a cabo en sesiones de terapia individuales o grupales, y puede incluir una combinación de técnicas de conversación, entrenamiento en habilidades y otras estrategias terapéuticas.

La psicoterapia se utiliza para tratar una amplia variedad de problemas emocionales y psicológicos, desde trastornos de ansiedad y depresión hasta trastornos de alimentación, adicciones y problemas de relación. También puede ser útil para ayudar a las personas a manejar el estrés, la ira y otras dificultades en el afrontamiento de la vida cotidiana.

A diferencia de los medicamentos psiquiátricos, el tratamiento psicológico se enfoca en abordar los problemas subyacentes que pueden estar causando los síntomas, en lugar de simplemente tratar los síntomas en sí. La psicoterapia también puede ayudarnos a aceptar los síntomas que la medicación no logra resolver, mitigando así el malestar que ocasionan. Además, el tratamiento psicológico puede ser útil en combinación con la medicación psiquiátrica para ayudarnos a manejar los síntomas de manera más efectiva. Cada técnica de psicoterapia tiene sus propias ventajas y limitaciones. La elección de la técnica dependerá, entre otros factores, del tipo de problema que la persona esté experimentando.

En resumen, el tratamiento psicológico es una herramienta de gran valor para ayudar a las personas a manejar y superar problemas emocionales que suponen una merma para su bienestar y calidad de vida. Si tú o alguien que conoces está luchando con problemas emocionales o psicológicos, la psicoterapia puede ser una opción efectiva y segura para mejorar la calidad de vida y encontrar un camino hacia una vida más plena y satisfactoria.

    • Psicoanálisis: Esta técnica se basa en la idea de que los pensamientos, sentimientos y experiencias inconscientes pueden influir en el comportamiento y la vida emocional de una persona. El objetivo de la terapia psicoanalítica es explorar estos aspectos inconscientes, que normalmente están influenciados por sus experiencias pasadas y su relación con sus padres y otras figuras de autoridad, para ayudar a las personas a comprender mejor sus patrones de comportamiento y emociones. Los pacientes suelen hablar libremente en las sesiones, mientras el terapeuta ayuda a interpretar y analizar los pensamientos y emociones del paciente.
    • Terapia cognitivo-conductual: Esta rama de la psicoterapia se enfoca en la identificación y el cambio de patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden estar contribuyendo a los problemas emocionales de una persona. Busca identificar y corregir patrones de pensamiento y comportamiento perjudiciales y reemplazarlos por otros más positivos y adaptativos. Se trata de una técnica estructurada y muy pragmática, que se enfoca en establecer metas y desarrollar estrategias específicas para alcanzarlas. La terapia cognitivo-conductual se ha demostrado efectiva para tratar una variedad de problemas emocionales, como la Depresión, la Ansiedad y el Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
    • Terapia cognitivo-analítica: Esta técnica combina elementos de la terapia cognitivo-conductual y el psicoanálisis para ayudar a las personas a comprender cómo sus patrones de pensamiento afectan a su comportamiento. El objetivo es ayudar a las personas a desarrollar una mayor conciencia acerca de sus pensamientos y emociones para poder comprender cómo estos afectan a su vida emocional e interpersonal. La terapia cognitivo-analítica es una técnica colaborativa que se enfoca en establecer una relación terapéutica sólida para trabajar juntos hacia objetivos específicos.
    • Terapia sistémica: Esta técnica se enfoca en analizar las dinámicas interpersonales y familiares para ayudar a las personas a mejorar sus relaciones y reducir el estrés y la tensión en su vida. El objetivo es entender cómo las relaciones influyen en los problemas emocionales de una persona y trabajar juntos para mejorar esas relaciones. La terapia sistémica a menudo involucra a varias personas, como miembros de la familia o parejas, y se enfoca en mejorar la comunicación y la comprensión mutua para alcanzar una vida emocional y social más saludable.
    • EMDR: Esta técnica de desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares (EMDR por sus siglas en inglés)se utiliza para tratar el Trastorno por Estrés Postraumático y otros problemas emocionales provocados por experiencias traumáticas. El EMDR se basa en la idea de que los recuerdos traumáticos pueden estar mal procesados por el cerebro, lo que puede causar síntomas como flashbacks, pesadillas, ansiedad y otros problemas emocionales. Pretende ayudar a las personas a reprocesar los recuerdos traumáticos y superar aquellas experiencias que han dejado una marca emocional duradera. El EMDR implica una exposición controlada a estímulos traumáticos desde un entorno seguro mientras se estimulan de forma alternante ambos hemisferios cerebrales del paciente (normalmente sigue un movimiento ocular dirigido por el terapeuta), lo que puede ayudar a disminuir los síntomas y mejorar su impacto emocional.

Pueden ayudarte


Psiquiatría

Psiquiatría

Psiquiatría

La psiquiatría es una especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mentales. En Consulta Velázquez contamos con un equipo de profesionales altamente capacitados y con una amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de una amplia variedad de trastornos psiquiátricos.

La psiquiatría es una especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mentales. En Consulta Velázquez contamos con un equipo de profesionales altamente capacitados y con una amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de una amplia variedad de trastornos psiquiátricos.

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En nuestra consulta de psiquiatría nos esforzamos en ofrecer una atención personalizada y adaptada a las necesidades de cada paciente, utilizando las últimas técnicas y herramientas terapéuticas disponibles. Además, trabajamos en estrecha colaboración con un amplio equipo de psicólogos para proporcionar una atención integral que aborde no solo los síntomas de la enfermedad, sino otras áreas de su vida, como sus relaciones interpersonales, su entorno y su estilo de vida.

Si bien el tratamiento farmacológico es un aspecto importante de la terapia en psiquiatría (aunque no el único), nos basamos en los siguientes principios a la hora de pautar medicación.

  • Utilizarla solamente cuando sea necesaria.
  • Utilizar dosis bajas y minimizar el riesgo de efectos secundarios.
  • Evitar el uso de fármacos potencialmente adictivos.

Nuestro enfoque terapéutico se basa en la evidencia científica y en las mejores prácticas clínicas, siempre con el objetivo de proporcionar la mejor atención posible a nuestros pacientes. Además, ofrecemos servicios de seguimiento y mantenimiento para asegurarnos de que nuestros pacientes mantengan una buena salud mental a largo plazo.

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EMT, Terapia de Adicciones

Estimulación Magnética Transcraneal, EMT

Estimulación Magnética Transcraneal, EMT

La EMT es un procedimiento innovador y efectivo para tratar diversos problemas psiquiátricos, con excelentes resultados y muy bien tolerada

La EMT es un procedimiento innovador y efectivo para tratar diversos problemas psiquiátricos, con excelentes resultados y muy bien tolerada

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Estimulación Magnética Transcraneal, EMT

La EMT es un procedimiento innovador y efectivo para tratar diversos problemas psiquiátricos, con excelentes resultados y muy bien tolerada

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¿Qué es la EMT?

La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) es un innovador procedimiento de neuromodulación no invasiva, seguro y altamente efectivo. Consiste en la administración de pulsos magnéticos sobre la corteza cerebral para modular la actividad de circuitos neuronales implicados en diferentes enfermedades psiquiátricas.

A día de hoy, la EMT cuenta con la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Food and Drug Administration (FDA) en EEUU para el tratamiento de:

La EMT ha demostrado ser efectiva en un elevado porcentaje de pacientes cuyos síntomas no han respondido al tratamiento farmacológico o que no han tolerado los efectos secundarios de la medicación.

Numerosos estudios han demostrado la efectividad de la EMT en el tratamiento de muchas otras enfermedades (fibromialgia, dolor neuropático, Enfermedad de Parkinson, Esclerosis Múltiple, síntomas negativos de la Esquizofrenia, etc.). Así pues, se espera que en los próximos años se amplíe la aprobación por parte de la EMA y la FDA para muchas otras patologías.

La administración de la EMT no precisa de sedación, anestesia o cirugía. No debe confundirse con la Terapia Electroconvulsiva (lo que algunos conoce como electroshock) o con la estimulación cerebral profunda basada en la implantación quirúrgica de dispositivos eléctricos estimuladores.

Unidad de EMT en Clínica Velázquez

La Unidad de Estimulación Magnética Transcraneal de Consulta Velázquez está dirigida por el Dr. Jaime Adán, psiquiatra formado en esta técnica en la prestigiosa Universidad de Duke (EEUU) y miembro de la Clinical TMS Society.

Preguntas frecuentes sobre la EMT

La EMT, conocida también como Estimulación Magnética Transcraneal Repetitiva (EMTr), consiste en la modulación de la actividad de circuitos neuronales mediante la aplicación de pulsos electromagnéticos sobre la corteza cerebral.

El diagnóstico, la indicación del tratamiento y la primera sesión se llevarán a cabo por un médico especialista. El resto de las sesiones las realizará un miembro del equipo debidamente cualificado bajo la supervisión del especialista responsable.

Los candidatos a la EMT son pacientes adultos diagnosticados de Depresión, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y Ansiedad asociada a Depresión que no han respondido al tratamiento habitual, que incluye:

– Medicación antidepresiva (ya sea por falta de efectividad o porque no han tolerado los efectos secundarios)
– Psicoterapia

También está indicada en aquellos pacientes que por cualquier motivo prefieran no tomar medicación antidepresiva. En muchos casos, se utilizará la EMT en combinación con tratamiento farmacológico.

Por otra parte, la EMT también está indicada en personas que sufren de alguna adicción. Ha demostrado especial efectividad a la hora de reducir el deseo de consumo (craving) de psicoestimulantes y la hora de reducir el riesgo de abandonar el tratamiento. En general, se recomienda utilizar la EMT como un complemento de la terapia psicológica (preferiblemente grupal) y no como tratamiento único.

En determinadas ocasiones, la EMT podrá utilizarse para tratar otras patologías que no hayan respondido a los tratamientos convencionales (indicación off-label). En estos casos, las recomendaciones de tratamiento se basarán en las diferentes guías clínicas y publicaciones científicas que hayan demostrado la efectividad y seguridad de los protocolos específicos.

La EMT deberá ser siempre prescrita por un médico. La indicación se basará en la historia clínica (antecedentes personales y familiares, exploración clínica, duración del cuadro, respuesta a tratamientos previos) y en las preferencias del paciente.

Cada sesión de EMT tendrá una duración aproximada de 20 minutos. La mayoría de protocolos recomiendan una sesión diaria, 5 días por semana (de lunes a viernes) durante un total de 4-6 semanas.

Sin embargo, a día de hoy, es posible recurrir a protocolos acelerados en base a los cuales se administra más de una sesión al día, lo que permite acortar el tiempo total de tratamiento.

Durante la aplicación de la terapia EMT, el paciente permanecerá cómodamente recostado en una butaca. Por motivos de seguridad, deberá desprenderse de todo objeto susceptible de verse afectado por la estimulación electromagnética (especialmente la joyería metálica).

Durante la primera sesión, se realizarán una serie de medidas para identificar la dosis necesaria y localizar el punto exacto en el que deberá aplicarse la estimulación. Por este motivo, la primera sesión suele ser un poco más larga.

Periódicamente, se revisarán algunas de estas medidas, ya que pueden variar en función de los cambios de medicación y de otras variables, como el sueño y consumo de cafeína.

En cada sesión se colocará la bobina de tratamiento sobre un área específica del cuero cabelludo. En el momento de administrar los pulsos de estimulación magnética se escuchará un ruido similar a un chasquido y percibirá una leve sensación en la zona de la cabeza sobre la que se aplica el tratamiento.

Sobre los efectos secundarios de la EMT, cabe destacar que se trata de un procedimiento médico extraordinariamente seguro. En algunas ocasiones puede provocar un leve dolor de cabeza o una tenue sensación de náuseas, pero el paciente es capaz de retomar sus actividades habituales de forma inmediata.

Otros efectos secundarios son extremadamente infrecuentes. En cualquier caso, le recomendamos que nos comente cualquier molestia que experimente a raíz del tratamiento. A diferencia de la medicación antidepresiva, no provoca cambios en el peso, no provoca efectos secundarios sexuales, sedación o sequedad de boca.

EMT, Terapia de Adicciones

La EMT está contraindicada en pacientes que tienen algún fragmento de metal o implante metálico intracraneal y en personas con algún dispositivo médico electrónico implantado (marcapasos, etc.).

Las contraindicaciones de la EMT incluyen los tatuajes faciales realizados con tinta metálica o sensible al campo electromagnético. La EMT deberá aplicarse con especial precaución en pacientes con antecedentes de epilepsia.

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Terapia Familiar y de Pareja

Terapia Familiar y de Pareja

Terapia Familiar y de Pareja

La familia es el núcleo social más importante, donde nacemos y desarrollamos nuestra identidad. La familia se comporta como un ‘ser vivo’ que pasa por diferentes fases

La familia es el núcleo social más importante, donde nacemos y desarrollamos nuestra identidad. La familia se comporta como un ‘ser vivo’ que pasa por diferentes fases

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Terapia Familiar y de Pareja

La familia es el núcleo social más importante, donde nacemos y desarrollamos nuestra identidad. La familia se comporta como un ‘ser vivo’ que pasa por diferentes fases

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Nuestro bienestar psicológico y nuestra salud mental dependen de múltiples factores. Tanto los aspectos neurobiológicos como los relacionales son fundamentales a este respecto, en la medida en la que ambos interactúan desde el mismo nacimiento para conformar la psicología de la persona. Los dos elementos son esenciales, por lo que es imprescindible que ambos sean tenidos en cuenta a la hora de abordar el sufrimiento humano, tanto en sus formas más leves como en sus extremos más graves, cuando constituyen ya un verdadero problema de salud mental.

La red de relaciones humanas en la que las personas crecemos y nos desarrollamos es enorme. Las relaciones familiares, si bien no son las únicas, sí son de las más importantes, sobre todo en la primera infancia y en la adolescencia. En la especie humana las crías dependen de sus cuidadores durante años; nacemos muy vulnerables y para sobrevivir dependemos de los cuidados de nuestros padres a lo largo de un largo periodo de crianza. Cuando hablamos de cuidados nos referimos, por supuesto, a defender a nuestros hijos de los peligros, a alimentarles, a proveerles de un hogar seguro; pero también a ofrecerles tanto el afecto y la contención emocional que necesitan, como la estructura y los límites que les permitan vivir en sociedad. Las experiencias que vivimos durante la infancia y la adolescencia en general, y en particular en nuestra familia, constituyen los cimientos de nuestra psique y resuenan de algún modo a lo largo de nuestra vida en nuestros afectos y en cómo vemos el mundo, en cómo nos relacionamos y en cómo nos emparejamos.

Como decíamos antes, las relaciones con la familia de origen –nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos, etc.- son muy importantes pero no son las únicas. Las relaciones de pareja también son un determinante fundamental de nuestra salud mental, fuente de afectos positivos y estabilidad, pero también de malestar y sufrimiento. Las personas nos emparejamos, tenemos hijos, formamos nuevas familias; pero también nos separamos y, en muchas ocasiones, creamos nuevas familias. Es evidente que en las últimas décadas las familias han cambiado, dando lugar a una gran diversidad de modelos familiares, tanto hetero como homosexuales: familia tradicional, familia monoparental, familias reconstituidas, parejas sin hijos, etc. Pues bien, en todos los casos es habitual hoy en día que las parejas pasen por momentos de duda, de desencuentro, de insatisfacción, llegando incluso a la separación, y en muchas ocasiones a la reconciliación. Estos hitos por los que pasan las parejas son auténticas crisis con grandes implicaciones tanto para los miembros de la pareja como para los hijos, si los hubiera.

La terapia familiar y la terapia de pareja hacen dos aportaciones fundamentales. Por un lado, trata de ayudar a las familias y parejas en crisis, conceptualizando sus problemas y poniendo en marcha herramientas para el cambio. Por otro lado, también representan un modelo psicoterapéutico que permite complementar la psicoterapia individual de un individuo sintomático. En este sentido, en muchas ocasiones una persona experimenta una determinada sintomatología o malestar – tristeza, problemas alimentarios, consumo de tóxicos, etc. -, y la terapia de familia o de pareja puede ser un complemento para un tratamiento individual, sin perjuicio de que pueda también representar un abordaje terapéutico en sí mismo para dichos problemas.

Es muy importante hacer una buena valoración de cada caso para decidir si está indicada la terapia de familia o de pareja. Si se decidiera iniciar una terapia familiar o de pareja las posibilidades son varias. En adultos puede combinarse un trabajo individual con un trabajo con la familia al completo o con la pareja. En el caso de los niños es útil trabajar con los padres, teniendo también sesiones con los niños. En adolescentes o adultos jóvenes es frecuente intercalar citas individuales con el chico con citas para sus padres e incluso con citas para el adolescente con sus padres. También se puede agregar al trabajo individual citas con la familia al completo o sólo con los hijos. Estos son sólo algunos ejemplos de las posibilidades que se pueden abarcar desde este tipo de terapia. Como vemos, este modelo permite citar a aquellas personas o subsistemas de la familia (padres o hermanos) que consideremos que, bien participan de alguna manera en el problema de la persona, bien pueden contribuir a su solución.

Las sesiones individuales que convocan a un solo miembro de la familia suelen realizarse con frecuencia semanal o quincenal. Las sesiones con alguno de los subsistemas (padres o hermanos) y las que implican a toda la familia suelen espaciarse un poco más, desde las 2 o 3 semanas hasta el mes o los varios meses. Las sesiones de pareja también suelen llevarse a cabo con frecuencia quincenal. En todo caso, la frecuencia variará en función de cada caso y cada momento.

En este modelo el trabajo la intervención suele hacerse en equipo, lo cual supone la implicación de más de un terapeuta. Esto se hace así pera tener un mayor control de la situación terapéutica, dado que en muchas ocasiones son varios los miembros de la familia implicados, en ocasiones con graves problemas de salud mental. Se trata siempre de estar a la altura del problema que la familia trae a consulta, utilizando para ello todo el arsenal posible. De esta manera, lo más habitual es que haya dos terapeutas participando en la terapia. Por ejemplo, uno de ellos podría atender de forma individual a un miembro de la familia, para luego juntarse con un compañero para abordar en co-terapia a la familia al completo. Por supuesto, todos los profesionales implicados en el caso trabajan siempre en estrecha coordinación. En todo caso, está establecido que al abordar a una familia al completo debe participar más de un terapeuta.

La terapia de familia y de pareja es una potente herramienta para abordar el sufrimiento psicológico. Puede contribuir a mejor las relaciones familiares y a ayudar a familias y parejas en situación de crisis, pero también a generar cambio y mejoría en personas que padecen trastornos mentales. La terapia de familia resulta especialmente útil cuando nos encontramos ante un niño, adolescente o adulto joven que sufre, con algún malestar o trastorno mental ,leve o grave. Podemos entender fácilmente que la implicación de la familia es decisiva a la hora de ayudar a los más jóvenes.

Por último, es imprescindible recordar que el trabajo terapéutico siempre se hará respetando la autonomía y las demandas de las personas y, por supuesto, en condiciones de máxima confidencialidad, tal y como lo establecen las regulaciones deontológicas y nuestra ética profesional.

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Adicciones

Terapia de Adicciones

Adicción, enfermedad y libertad

El tratamiento de las adicciones debe ser entendido como un proceso de transformación personal

El tratamiento de las adicciones debe ser entendido como un proceso de transformación personal

En contra de lo que muchos piensan, una adicción no implica consumir grandes cantidades o estar todo el día consumiendo. De hecho, algunos adictos consumen muy poco o con muy poca frecuencia. Sin embargo, siguen siendo adictos. ¿Qué implica esto de la adicción?

En contra de lo que muchos piensan, una adicción no implica consumir grandes cantidades o estar todo el día consumiendo. De hecho, algunos adictos consumen muy poco o con muy poca frecuencia. Sin embargo, siguen siendo adictos. ¿Qué implica esto de la adicción?

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Adicción, enfermedad y libertad

El tratamiento de las adicciones debe ser entendido como un proceso de transformación personal

En contra de lo que muchos piensan, una adicción no implica consumir grandes cantidades o estar todo el día consumiendo. De hecho, algunos adictos consumen muy poco o con muy poca frecuencia. Sin embargo, siguen siendo adictos. ¿Qué implica esto de la adicción?

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A grandes rasgos, el adicto es una persona que preferiría no consumir algo (o hacerlo en menor cantidad), pero lo sigue haciendo una y otra vez. Normalmente es consciente de ciertas consecuencias negativas del consumo (de cualquier tipo, ya sean físicas, académicas, laborales, familiares, de pareja…) y por este motivo se plantea dejar de consumir o hacerlo en menor cantidad.

Es frecuente que en el momento de consumir ya se sienta uno culpable, pero a pesar de esto no puede dejar de hacerlo (como cuando abrimos un paquete de galletas y empezamos a dar cuenta de ellas). Aunque nos habíamos planteado comernos solamente un par, acabamos comiéndonos la caja entera (fenómeno conocido como priming). Después aparecen la culpa y el remordimiento, pues ya nos sobran unos kilos, tenemos problemas de colesterol y nos habíamos prometido a nosotros mismos no volver a hacerlo (además, sabemos que nuestra pareja nos va a volver a regañar).

Así pues, nos proponemos (otra vez) no volver a hacerlo. Sin embargo, al cabo de un tiempo (muy variable, pueden ser horas, días o semanas) me veo nuevamente perdiendo el control. En ese momento casi hasta nos olvidamos de todas las consecuencias negativas que el consumo ha tenido hasta la fecha y el ansia por consumir la sustancia ocupa casi todo nuestro espacio mental. Aparece un fuerte deseo de consumo y tengo la sensación de que este malestar nunca se me pasará si no consumo inmediatamente (esto es lo que técnicamente llamamos craving). Y vuelta a empezar…

Así pues, uno puede ser adicto y consumir poca cantidad con poca frecuencia. Lo importante es que siempre se mantiene la misma estructura: me propongo no hacerlo o hacerlo menos porque sé que me genera algún problema, pero se vuelve a repetir la misma situación una y otra vez. En este sentido la adicción es una enfermedad: pierdo libertad para no consumir.

¿Por qué, si me propongo no hacerlo, vuelve a suceder una y otra vez? Es cierto que muchos adictos realmente desean dejar de consumir (véanse los millones de fumadores que quieren librarse del tabaco y los millones de personas que no dejan de consumir hidratos de carbono de absorción rápida a pesar de sus problemas de salud). ¿Por qué sucede esto? Vemos que no todas las sustancias (o conductas) son adictivas. ¿Qué tienen esas sustancias (y estas conductas)? No se trata solamente de que nos gusten (me encantan los puerros confitados pero tengo libertad para dejar de comérmelos). A grandes rasgos, se trata de lo siguiente: las sustancias (y conductas) adictivas aumentan la dopamina en un lugar del cerebro llamado Núcleo Accumbens (NA). ¿Y esto qué quiere decir?

A lo largo de millones de años de evolución el cerebro de la mayor parte de los seres vivos desarrolló un pequeño artilugio destinado a repetir todas aquellas conductas que habían demostrado suponer una ventaja evolutiva (básicamente comer, beber, tener sexo y las relaciones sociales). Todas estas conductas contribuyen a la supervivencia del individuo y de la especie. Recordemos que el ser humano (al igual que el resto de animales) no evolucionó para vivir en grandes urbes, sino como cazadores-recolectores nómadas en estepas y llanuras. El agua y la comida no abundaban. Los grupos de amigos tampoco. 

Pues bien, cada vez que comemos, bebemos, tenemos sexo o estamos con nuestros amigos se libera dopamina en el NA. Esto hace que nuestro estado cerebral quede grabado a fuego. Es como si se sacase una foto de mi estado mental (con quién estoy, dónde estoy, cómo me siento, el color del cielo, la época del año, etc.) para que en un futuro regrese a ese mismo estado, de forma que acabaré en el mismo sitio, con las mismas personas, en la misma época del año, con el mismo estado emocional, etc. Así aumentará las probabilidades de volver a encontrar agua, comida, sexo o amigos, lo que supondrá una mayor probabilidad de que sobreviva y me reproduzca. Es importante tener en cuenta que este proceso es en gran medida automático e inconsciente. Esto significa que mi cerebro controla gran parte de mi conducta sin que yo sepa que lo está haciendo (en efecto, el ser humano cree ser mucho más libre de lo que en realidad es).

Pues bien, hay determinadas sustancias que aumentan (muchísimo) la dopamina en el NA y no aumentan nuestra supervivencia (efectivamente, se trata de la nicotina, el alcohol, la cocaína, la heroína, el cannabis, etc.). Al principio me gusta consumirlas. Cada vez que consumo se libera (mucha) dopamina en el NA y esto me llevará a regresar al mismo estado mental en el que estoy cuando consumo (mismas personas, mismos lugares, mismas emociones, misma forma de pensar…). De esta manera la adicción va echando raíces por mis hábitos y me lleva a hacerlos cada vez más rígidos. Hago siempre lo mismo, quedo con las mismas personas, voy a los mismos sitios, se repiten mis esquemas emocionales y de pensamiento. Al mismo tiempo, abandono los hábitos previos que estaban vinculados a un estilo de vida más sano (aquellos relacionados con el ejercicio, las aficiones, la familia, la pareja, el trabajo…). En este sentido la adicción supone una enfermedad: me quedo atascado en unos hábitos rigidificados de los que no sé escapar y que aumentan las probabilidades de repetir una conducta que mi cerebro cree (muy equivocadamente) que aumenta mi supervivencia y la de la especie. Cuando me quedo atascado en los hábitos vinculados al consumo, lo normal es que acabe consumiendo una y otra vez. Aunque no quiera.

Desde este punto de vista, el tratamiento de las adicciones implica necesariamente un viaje de transformación personal. Debo erradicar los hábitos rígidos vinculados al consumo, pues mientras no lo haga el riesgo de volver a consumir es muy alto. Debo dejar de ver a determinadas personas y de ir a ciertos sitios. Debo acabar con los viejos hábitos y así dejar espacio para crear otros nuevos que no estén asociados al consumo. En el fondo es la vieja idea de derribar un edificio inestable para poder construir otro con cimientos más sólidos.  Asimismo, es fundamental aprender a pensar de otra manera y, lo más importante, aprender a gestionar mis emociones de otra manera. Esto no se logra en pocas semanas y no hay fármaco alguno capaz de hacerlo por nosotros. El mejor lugar para llevar a cabo este viaje de transformación personal es, sin duda alguna, la terapia grupal. Terapia, terapia y más terapia… 

El tratamiento de las adicciones debe ser entendido como un proceso de transformación personal que ayude a:

  • Mantener un estilo de vida sano y activo.
  • Manejar mejor las emociones (en lugar de anestesiarlas mediante el consumo).
  • Mejorar su forma de hacer frentes a los problemas.
  • Mejorar la capacidad para relacionarse con otras personas.
  • Desarrollar un proyecto vital.

Así pues, la psicoterapia (preferiblemente grupal) se considera como la piedra angular en el tratamiento de las adicciones. Otras estrategias que pueden ser de ayuda en el tratamiento son la medicación y otras alternativas más novedosas como la Estimulación Magnética Transcraneal.

En Consulta Velázquez contamos con una amplia experiencia a la hora de guiar a nuestros pacientes en el camino hacia la abstinencia. Permítenos acompañarte.

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Hospitalización Domiciliaria

Hospitalización Domiciliaria

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Ofrecemos al paciente y a sus familiares un apoyo intensivo en su propio domicilio, con visitas diarias por parte de nuestro Equipo de Atención Domiciliaria

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A veces los problemas psiquiátricos pueden ser de tal gravedad que sean difícil abordarlos en el entrono habitual del paciente. En estos casos puede ser conveniente un ingreso para garantizar los cuidados necesarios, incluyendo la toma de medicación y la reducción de riesgos que hacen necesario un ingreso, podemos ofrecer al paciente y a sus familiares un apoyo intensivo en su propio domicilio, con visitas diarias por parte de nuestro Equipo de Atención Domiciliaria.

Las intervenciones pueden incluir:

  • Toma de medicación.
  • Ajuste diario de la dosis de medicación y control de efectos secundarios.
  • Pautas de actuación para familiares y acompañantes.
  • Solicitud de analíticas y otras pruebas médicas.
  • Intervención psicológica en crisis.

Entre los candidatos a este programa se incluyen:

  • Personas que han sido recientemente dadas de alta de un ingreso psiquiátrico.
  • Personas mayores con trastornos de conducta provocados por un deterioro cognitivo.
  • Personas con patología psiquiátrica aguda, severa y limitante que no requieran un ingreso.

Los candidatos a este programa deberán contar con un buen apoyo social o familiar, de tal forma que pueda contar con una adecuada supervisión por parte de su entorno.

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