Todos hemos oído hablar acerca del término psicópata. Sin embargo, pocas personas entienden realmente lo que significa y cómo identificar a una persona con estos rasgos. El término se ha vuelto bastante popular gracias a las películas y programas de televisión, pues suele evocar imágenes de villanos de películas o personajes oscuros de libros de misterio. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Vamos a describir algunos de los rasgos que definen a un psicópata para favorecer una comprensión más clara acerca de este fenómeno.
¿Qué es un psicópata?
El término técnico utilizado habitualmente para describir a una persona con características psicopáticas es ‘Trastorno de Personalidad Antisocial’. El aspecto principal de la psicopatía puede entenderse como una incapacidad habitualmente congénita para empatizar con otras personas y, de esta manera, compartir su sufrimiento. Las características más comunes de estos individuos incluyen:
Falta de Empatía: Probablemente sea el rasgo más característico de estos individuos. Los psicópatas suelen carecer de la capacidad para sufrir con el sufrimiento ajeno, lo que facilita la manipulación, el engaño y la capacidad para utilizar a otras personas como un medio para alcanzar sus medios.
Encanto superficial y manipulación: Los psicópatas a menudo manifiestan un encanto superficial, que pueden utilizar para manipular a la gente. Suelen parecer carismáticos y persuasivos en un primer encuentro, aunque este encanto tiende a ser poco sincero y suele enfocarse hacia la consecución de sus propias metas.
Impulsividad: Los psicópatas a menudo tienden a ser impulsivos, tomando decisiones precipitadas sin pensar en sus consecuencias a largo plazo. Este rasgo puede manifestarse en decisiones poco meditadas y conductas de alto riesgo.
Falta de remordimiento o culpabilidad: Al igual que experimentan una falta de empatía, suelen manifestar una falta de remordimientos ante conductas que pueden perjudicar a terceras personas. Pueden comprender de forma racional que un acto está mal, pero su incapacidad para sufrir con el malestar ajena dificulta la experiencia de la culpa sincera. Con frecuencia son descritos como ‘fríos’ o ‘distantes’.
Grandiosidad y autoestima desmedida: Los psicópatas a menudo tienden a darse a sí mismos una excesiva importancia. Suelen tener un autoconcepto excesivamente bueno y sobrevaloran sus propias habilidades o logros, lo que fomenta una elevada confianza en sí mismos. Esto contribuye a fomentar una imagen de éxito que, al menos en superficie, puede resultar cautivadora.
Comportamiento antisocial: Los psicópatas pueden manifestar una tendencia hacia la manipulación, el abuso o violación de los derechos ajenos. La dificultad para empatizar con el sufrimiento ajeno y la incapacidad para experimentar en sentimiento de culpa pueden facilitar una falta de respeto y adherencia hacia las normas establecidas.
Emociones superficiales: El mundo emocional del psicópata tiende a la superficialidad. Pueden fingir determinadas emociones para manipular a los otros, siendo estas emociones superficiales y de corta duración. Esto hace que sus vínculos interpersonales sean frágiles y poco duraderos.
Falta de metas a largo plazo: Otro rasgo habitual del psicópata es la falta de proyectos a largo plazo. En lugar de establecer planes a largo plazo, que con frecuencia implican un vínculo afectivo con otras personas, su enfoque suele estar en la gratificación inmediata. Este rasgo favorece la tendencia del psicópata a desarrollar adicciones (especialmente el alcoholismo) y en última instancia a establecer relaciones superficiales y poco duraderas.
¿Hay rasgos positivos en la psicopatía?
Desde la neurociencia, se entiende que la psicopatía cuenta con una alta carga genética. Si a lo largo de cientos de miles de años de evolución los rasgos psicopáticos perduran, debemos sospechar que pueden favorecer ciertas ventajas para la adaptación al medio.
Carisma y Encanto Superficial: Los psicópatas a menudo son personas sumamente carismáticas que captan fácilmente la atención de quienes les rodean. Esta actitud les permite establecer conexiones de forma ágil, lo que en ciertos contextos podría resultar sumamente beneficioso para alcanzar objetivos a corto plazo. Esto es claramente visible en entornos como el empresarial y el político, donde la psicopatía abunda…
Decisiones difíciles: Los psicópatas tienden a experimentar menos miedo y el estrés que otras personas, permite a los psicópatas tomar decisiones más frías o racionales en situaciones de alta tensión. Este rasgo puede ser valioso en profesiones donde se requiere la toma de decisiones rápidas bajo estrés, como en el caso de cirujanos y militares. Por otra parte, su falta de empatía puede facilitar la toma de decisiones difíciles aunque necesarias, como con frecuencia sucede en el ámbito militar.
Alta Tolerancia al Riesgo: La impulsividad, la búsqueda de sensaciones fuertes y una menor capacidad para experimentar temor pueden llevar a los psicópatas a asumir ciertos riesgos que otros evitarían a toda costa. Hay algunos contextos, como los negocios o las situaciones de vida o muerte, en los que asumir determinados riesgos puede tener valiosas recompensas.
Manipulación Efectiva: Si bien la manipulación es en general considerada como éticamente cuestionable, hay contextos en los que la persuasión es clave, como en la venta o la política. En estos ámbitos, esta habilidad podría considerarse muy valiosa (aunque no está exenta de dilemas morales).
Trastorno Antisocial de la Personalidad
Aunque la psicopatía está considerada médicamente como un trastorno (Trastorno Antisocial de la Personalidad), esta concepción está abierta a debate. En efecto, se puede entender que el núcleo en torno al cual giran todos los síntomas de la psicopatía radica en una incapacidad para empatizar o para sufrir con el sufrimiento ajeno. Esto sencillamente hace que resulte mucho más sencillo utilizar a otras personas como un medio para alcanzar sus fines, en lugar de tratarles como un fin en sí mismas. Por otra parte, no todas las personas que padecen un Trastorno Antisocial de la Personalidad son malvadas ni disfrutan con el sufrimiento ajeno (es decir, no son sádicas). Muchas de estas personas (especialmente en el campo de la política y de las finanzas) están perfectamente adaptadas a nuestro entorno, respetan las normas y son consideradas valiosas para la sociedad.
Desde un punto de vista terapéutico, son capaces de beneficiarse de un abordaje psicoterapéutico cuando ellos mismos son conscientes de sus dificultades y manifiestan un sincero deseo de cambio. El problema radica en que suelen carecer de las habilidades necesarias para ver lo que les sucede como algo malo, por lo que raramente pedirán ayuda. De alguna manera, recuerda a la imagen de quien busca sus gafas, pero no las encuentra porque no puede ver…
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