Cuando hablamos acerca de la medicación antidepresiva, la información errónea con frecuencia prevalece sobre los hechos científicamente validados. Esto puede causar confusión, miedo y, con cierta frecuencia, un rechazo innecesario de un tratamiento que podría ser beneficioso. Desmitificar estos prejuicios es en ocasiones fundamental para poder recuperar una buena salud mental. A continuación, exploramos algunos de los mitos más comunes y presentamos la realidad basada hechos científicos.

Mito 1: Los antidepresivos son adictivos

Realidad: Los antidepresivos no son sustancias adictivas. No provocan un deseo compulsivo de consumo ni tampoco síndrome de abstinencia en el sentido tradicional. Si bien algunas personas pueden experimentar síntomas de discontinuación si dejan de tomarlos abruptamente, esto es diferente a la adicción. Los antidepresivos deben ser interrumpidos gradualmente bajo supervisión médica.

Mito 2: Los antidepresivos cambiarán tu personalidad

Realidad: Los antidepresivos no alteran quién eres como individuo. Su objetivo es aliviar los síntomas de la depresión y favorecer una “analgesia emocional”, permitiéndote funcionar de manera más eficaz y sentirte más como tú mismo. En lugar de cambiar tu personalidad, estos medicamentos te ayudan a recuperar tu capacidad para disfrutar de la vida, trabajar y mantener relaciones sanas.

Mito 3: Si tomas antidepresivos una vez, tendrás que tomarlos para siempre

Realidad: No todas las personas necesitarán medicación a largo plazo. Muchas personas toman antidepresivos durante un período específico y luego, bajo la orientación de su médico, pueden dejar de tomarlos una vez que su salud mental mejora. De hecho, la recomendación más habitual es la de mantener el tratamiento durante unos 6 meses a partir de la mejoría sintomática para suspenderlos posteriormente. Sin embargo, para algunas personas con depresión crónica o recurrente, un tratamiento a largo plazo puede ser necesario para mantener los síntomas bajo control.

Mito 4: Los antidepresivos son "felicidad en una píldora"

Realidad: Los antidepresivos no crean una euforia artificial o una sensación constante de felicidad. Su función principal es ayudar a regular los desequilibrios químicos en el cerebro que están relacionados con los síntomas depresivos. No eliminan las emociones, sino que ayudan a que las emociones negativas no sean tan abrumadoras, facilitando la recuperación emocional.

Mito 5: Los antidepresivos son una solución rápida para la depresión

Realidad: Los antidepresivos no proporcionan un alivio instantáneo. A menudo, pueden tardar varias semanas en comenzar a tener efecto. Además, no son una solución por sí solos. Funcionan mejor cuando se combinan con la psicoterapia.

Mito 6: Si los antidepresivos no funcionan inmediatamente, no funcionarán en absoluto

Realidad: Es importante tener paciencia al comenzar a tomar antidepresivos. Puede llevar hasta 6 semanas para que los efectos completos se hagan evidentes. Si un medicamento no está funcionando después de este período, o si los efectos secundarios son intolerables, hay muchas otras opciones disponibles. Nunca debes desanimarte; cada individuo responde de manera diferente a la medicación, y puede llevar algún tiempo encontrar la dosis y el tipo correctos para ti.

Mito 7: Los antidepresivos son solo para casos extremos de depresión

Realidad: Los antidepresivos no están reservados solo para casos severos de depresión. También pueden ser útiles para formas moderadas y leves de depresión, especialmente cuando otros enfoques como la terapia y los cambios de estilo de vida no han sido suficientemente efectivos. Por otra parte, los antidepresivos se utilizan también para tratar otras patologías, como los Trastornos de Ansiedad, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, el Trastorno por Estrés Postraumático, algunos Trastornos de la Conducta Alimentaria, etc. 

Mito 8: Los antidepresivos engordan

Realidad: Aunque el aumento de peso puede ser un efecto secundario de algunos antidepresivos, no todos los medicamentos tienen este efecto, y cuando se presenta, no siempre es significativo. Si el aumento de peso es una preocupación, se debe hablar con el médico sobre la elección de un medicamento que tenga menos probabilidades de causar este efecto secundario.

En conclusión, al igual que cualquier decisión relacionada con la salud, la elección de tomar medicamentos antidepresivos debe basarse en una cuidadosa consideración de los beneficios y riesgos asociados. Es fundamental que esta decisión se tome con la ayuda de un profesional de la salud mental capacitado. Debemos recordar que cada persona es única y que lo que funciona para unas personas puede no funcionar para otras. Desmitificar los conceptos erróneos es el primer paso para eliminar el estigma asociado con la medicación antidepresiva y ayudar a más personas a buscar el tratamiento que necesitan.